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Todos conocemos personas que han pasado por trances muy duros en sus vidas y sin embargo ahora las vemos y las vemos bien. Son personas que nos suelen causar admiración y si nos comparamos con ellas muchas veces pensamos que no seríamos capaces de sobrellevarlo como esa persona lo gestionó. Si preguntamos a esas personas cómo lo hicieron, la respuesta a menudo es la misma “no me quedó más remedio…”, en realidad en parte es cierto y en parte no, se adaptaron a la situación y trataron de salir de ella adoptando una actitud de fuerza, valor y positividad, no exclusiva suya. Se propusieron no hundirse y salieron adelante.

Esta capacidad para afrontar la adversidad  y sacar un aprendizaje de ello  que nos haga mejorar como personas forma parte de las fortalezas del ser humano y se le denomina Resiliencia.

La resiliencia es flexibilidad ante las adversidades. Esta idea de flexibilidad podría resumir bien en la habilidad para  considerar diferentes puntos de vista y alternativas  ante los problemas, tener en cuenta  tanto los aspectos negativos como los positivos de las situaciones estresantes o de las adversidades, ser proactivo y asertivo a la hora de afrontar los retos y problemas de la vida sabiendo al mismo tiempo pedir ayuda y buscar apoyo en los demás. Se trata de un realismo práctico.

La Resiliencia no es una excepción sino que es una potencialidad de todo ser humano, es inherente a la persona pero que no siempre tiene la oportunidad de aparecer y expresarse al estar enmascarada por aspectos limitadores de la personalidad como una baja autoestima o falta de confianza en sí mismo, una tendencia al pesimismo o al fatalismo, una actitud pasiva y victimista, dando lugar a la desesperanza o al desánimo. O simplemente porque la vida no nos ha puesto en situaciones especialmente complejas.

Pero, aunque una persona no muestre una personalidad resiliente de manera espontánea, no quiere decir que no pueda aprender dichas estrategias con la práctica, ya que también se apoya en el entorno.

Para ello tendríamos que hacer hincapié en las siguientes características de las personas resilientes:

–         Buena autoestima y confianza en uno mismo

–         Buen autoconocimiento y capacidad de autorreflexión

–         Asertividad

–         Autocontrol emocional y empatía

–         Flexibilidad

–         Creatividad e iniciativa

–         Capacidad de pensamiento crítico

–         Sentido del Humor

–         Un entorno social adecuado: Afecto y apoyo.

Las crisis o adversidades pueden deberse a una pérdida de una figura de apego o a la falta de trabajo, una enfermedad crónica , una situación traumática en la que hemos sentido falta de control en nuestra vida, etc. Este tipo de situaciones inevitablemente y de manera natural provocarán un periodo de inestabilidad emocional en nuestras vidas, con emociones  desagradables, dudas, inseguridades y frustraciones notables.

Obviamente, las personas que están viviendo una situación complicada tienen más dificultades y son más vulnerables a   los altibajos de ánimo o a la depresión, pero muchas de ellas son capaces de desarrollar adaptaciones en su visión del mundo y de la vida, debido a los cambios  que la propia situación conlleva,  volviéndose personas más flexibles y viendo más claro qué aspectos de la vida son más  prioritarios que otros, sabiendo valorar más lo que tienen y dar mayor valor a las pequeñas cosas y a vivir el presente más que nunca.

Clave para resistir las adversidades y crecer personalmente con ellas está el saber aceptar la situación  que se nos presenta, no en el sentido de actuar con resignación, sino de aceptar o asumir aquello que no podamos cambiar, sin caer en la queja constante, la culpa patológica o el victimismo y centrarnos, sin embargo, en aquello que podamos mejorar o potenciar, para así mejorar como personas y conseguir un mayor equilibrio mental. Esto permitirá a la persona tener un mayor gobierno de su vida.

Como dijo sabiamente Bruce Lee, “Si descubrimos y mejoramos nuestros puntos fuertes, éstos acabarán venciendo nuestras debilidades”.

En Consulta Psicológica Despertares te ofrecemos un enfoque integral para trabajar sobre tus problemas o dificultades, basado no sólo en disminuir o eliminar posibles déficits y dificultades, sino también potenciando tus recursos y habilidades para mejorar. 

Artículo escrito por la psicóloga clínica Marta Fernández colegiada nº M- 24184.

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